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viernes, 24 de septiembre de 2010

Dos Amores en el Universo





.de Maria Constanza Cantua, el El Viernes, 24 de septiembre de 2010 a las 12:35



Tengo varios.

Dos se sumaron en los últimos meses.
Con dos meses de diferencia.

Como dijo un amigo, dos gotas de agua que ya forman parte de un río.

Un río sin comienzo.
Un río sin fin.
Un río eterno.

Dos son mis amores en el Universo.
Dos, de mis últimas dos décadas de vida.
Dos amores en el río sin fin, eterno.

Una es Luz,
La otra es Corona.
Una es Ígnea.
La otra es la Victoria.
Una es el Alba.
La otra es el Laurel.
La una y la otra la otra y la una.
Se unen en una misma Luminescente Corona.

Dos amores navegando
Dos, en el universo
Dos en el Río.
Dos en la eternidad de mi río de memoria.

Dos amores excepcionales,
simples y complicados,
prístinos y confusos,
gigantes y pequeñas,
generosas.

Me dieron tanto.
Me regalaron su amor

No se por qué.

Son amores que dan.
No pidieron.
Entregaron
mas de lo que podía

Miro ese río.

Las veo.
Una Resplandeciente.
La otra firme como una Corona.
Una Corona Resplandeciente.
Resplandeciente va con la Corona

Una más otra.
Dos
Dos más en el universo.

Por siempre.
Para siempre.

Las amaré siempre.
Las amaré junto al río.
En honor a Lucía y Laura.
María Constanza Cantúa ®




Canción que Lucía cantaba como los Dioses!      

Pasion

PASION

.de Maria Constanza Cantua, el El Viernes, 24 de septiembre de 2010 a las 0:03.



En la capital de Argentina, y me refiero sólo a la capital, olvidémonos de zona norte como San Isidro, o Quilmes en el sur, por poner ejemplos, hay “canchas” de futbol.

Hay muchas en plena ciudad.
No se cuantas.
Muchas.
Me hace gracia utilizar el término cancha, porque acá, dicen: vamos a la cancha.

En Montevideo dirían: vamos al Estadio.

Eso hace que, no tenga el “término” “cancha” adquirido

Acá van a la cancha, y vaya si tienen canchas.
Están incluidas, sometidas dentro del paisaje urbano.

Una mano gigante (futbolera) corrió las calles.
Los edificios.
Las escuelas.
Los vecinos.
Los árboles.
Las puso ahí, en medio de la ciudad.

No se si nacieron los barrios primero, y las canchas después.
Las canchas primero, los barrios después.

Si patean fuerte la pelota, se va a la calle…gracioso no?
Es metafóricamente hablando y no tanto.

La cercanía de tanto fragor y contienda a una calle de barrio, me llama la atención.

Claro, Buenos Aires, la ciudad de los 40 barrios.
No sé si son 40
No sé cuantas canchas hay.
Si sé que el barrio que naciste, te define. Como en todos lados.
Acá, del barrio, te define a fuego el club, equipo, cuadro que perteneces y alentas.
Futbol, futbol y más futbol.

Me gusta el futbol.

La pasión por él es intensa, sale de las entrañas, sale de la medula.

La pertenencia a un color es llamativamente escalofriante y dulce a la vez.
Se amargan.
Se alegran.
Les gusta el buen futbol.
Les gusta el resultado.
Quieren resultados.
No les importa entonces el buen futbol.

Los referee son las personas mas insultadas del país.
Hasta te diría que es casi musical escuchar una chorrera de insultos hacia el pobre árbitro.

Los técnicos, salvo raras Avis, pasan como una exhalación por los clubes de futbol.
No gana, se va.
No gana tres partidos, se va.
Gana el campeonato un equipo por llamarlo chico.
Inmediatamente pasa ese técnico a serlo de un equipo grande.
Boca, River.

Los cantos.
Los cantos son sumamente creativos, entonados, no desafinados, agraviantes, alegres y no paran.

No paran!

Pierda o gane, alientan, alientan y alientan.

Los italianos, que son sanguíneos también, paran, paran de alentar si su equipo pierde.

Acá no.
Como los argentinos no hay.
Creo que esta característica es única en el mundo.

Las hinchadas tienen nombre.
Los de boca son “la doce”.
Los de river son “los borrachos del tablón”
Mas, no sé.
Hay batallas entre ellos.
Hay intereses.
Mas no sé.

En Uruguay, somos futboleros
Vamos al estadio
Nos gusta que el equipo de nuestros amores gane
El buen pie y el resultado, también importa.
Te embroman al otro día si pierde tu equipo.
Quizás la melancolía de haber perdido, pesa un poco mas para el uruguayo.

Acá, en Argentina, si no ganan, una partecita del alma se le desprende para siempre.
Acá, te “gastan” al punto de la ofensa mortal.
Acá, así cuando pierden y mueren al instante, resucitan, justamente instantáneamente.

Son así.

Pasionales
Sanguíneos
Irracionales
Aman, odian con misma intensidad, con la nada mismo en el medio, en un mismo partido.
Noventa minutos de adrenalina pura, pura.

Así son.

Coloridos
Calentones
Cabrones
Y muy, pero muy divertidos, pero sobre todo…creativamente pasionales.
Que buen futbol tienen!

Mi Casa Vieja

Mi Casa Vieja

.de Maria Constanza Cantua, el El miércoles, 22 de septiembre de 2010 a las 13:44.



Mi casa es antigua.

Tendrá cerca de 60 0 70 años.

Ubicada originalmente en un barrio inglés.

En Buenos Aires, los trenes, inicialmente ingleses, fueron determinantes en la formación de barrios alrededor de sus estaciones

Mi casa tiene una mezcla.
Provenzal.
Inglesa.
Mucha madera.
Historia en ella…e intuyo que mucha.

Nos gusta vivir en ella a mis hijos y a mí,

No sé por qué, o si sé.

Ella nos invitó sola.
Nos hizo sentir cómodos.
Nos hizo sentir que era nuestra.
Vivimos relajados y bien aquí.
Mi casa además tiene otras particularidades.

Está pegada a varios vecinos…que novedad!
Los de atrás y los de abajo son los interesantes

Hay unos, los de atrás, que no se de que casa provienen.
Escucho desde mi escritorio las conversaciones.
No es que me ponga a escuchar, pero en los días cálidos, abro mi ventana a la noche y de vez en cuando ahí están.
Si no es la conversación es la presencia que siento.

Las charlas, son inverosímiles por momentos, interesantes siempre.

Política
Estado de la sociedad
Futbol, (me interesa)
Amistad, momentos de amistad que comparten.

Por otro lado, mis vecinos de abajo.
Una especie de confitería, si, es eso.
A la mañana las escucho parlotear, son todas chicas.

Las conversaciones son absolutamente diferentes a mis vecinos de atrás, pero igualmente interesantes.

Hablan de mujeres.
Hablan de cosas de todos los días.
Hablan de sus hijos.
Hablan del color de esmalte de uñas que se compraron.
Hablan de lo cansadas que están…trabajan duro…
Pero sobre todo, se ríen mucho, pero mucho. Es contagioso el buen humor.

Mis vecinos, lejos de molestarme, me divierten y acompañan.
Complementan esta casa, la historia.
Esa historia, la escribimos nosotros y ellos.

Los vecinos irán mudándose o no, o me mudaré yo, o no.

Mi casa, no es sólo una casa.
Tiene vida por dentro y por fuera.

Despues de bailar...

DESPUES DE BAILAR...


.de Maria Constanza Cantua, el El miércoles, 22 de septiembre de 2010 a las 1:28.





De muy chiquita, mi vieja tuvo la visión de mandarme a aprender ballet clásico.
Muchos años hice
Ya de mas grande me pasé a lo opuesto, la danza contemporánea.
Fueron peregrinares por muchas academias, estilos.
Tango, Salsa, Árabe, años de disfrute indescriptible.
Más grande me sumé a la academia de Nacho.
La gente sabe quien es Nacho (en Uruguay).
Hice buenos amigos ahí, además de bailar y bailar.
Hace ya unos años que no bailo. 
Muchos.
Me mudé a Buenos Aires y en mi girar como un trompo para adaptarme a la Angulación de la Percha, también estaba desorientada donde definir un hueco de baile.
Busqué.
Pregunté.
No me animaba a probar.
Finalmente probé.
No me gustó.
Abandoné la idea de bailar.
Navegando por Internet, casi sin querer, di con una academia.
Mande un mail.
Me contestaron que si, y mande otro mail aclarando mi edad.
En breve 45.
No hay problema si tenes formación, fue la frase mágica que me contestaron!
No bailar por 5 años es mucho.
No sé cómo, me animé igual.
La primera clase no pegué un paso!
Frustración inconmensurable.
Nunca me había pasado!
Nunca tuve 45!
Hace dos semanas ya que bailo.
Bailo 7.
Siento que puedo volver a bailar 10.
El profesor es superlativo.
Jamás vi una calidad de danza igual.
Esta introducción tan larga, es para contar lo que me sucede después de una sesión de baile.
Vuelvo a mi casa feliz, exultante, aún vibrando.
La música en mi radio suena encantadora y mágica.
La ciudad me acompaña en un vaivén de armonía.
Las luces del alumbrado son más fulgurantes, 
son fogonazos alineados en coreografías perfectas.
Nada es defectuoso a todo lo encuentro rítmo, swing,
los semáforos,
el transito,
los baches,
la velocidad crucero en la que se clava el auto,
el dolor suave de mis tendones,
el dolor cálido de mis músculos,
y mi cabeza, casi una epifanía…sin pensamientos.
Mi terapia es bailar.
Me serena los duendes en la mente, esos chiquititos imparables.
Exalta el Ahora.
Los problemas tendrán solución.
Mañana veré.
Cómo, pero cómo me pregunto yo, 
demoré tanto en volver a hacer ésto.
Tan simple, bailar.
María Constanza Cantúa ®        

                                                                      Don de Fluir de Jorge Drexler

Tigre

TIGRe

.de Maria Constanza Cantua, el El Martes, 21 de septiembre de 2010 a las 3:13.


Se me ocurrió remar.

No se hacen una idea lo difícil que es remar.

Un año antes, meses mas, meses menos de mudarnos para acá, creo, porque la memoria me falla y con frecuencia alarmante, nos vinimos a Buenos Aires unos días con mis hijos.

Fuimos al Parque de la Costa.
Juro, hacia 40 grados centígrados.
Estuvimos, juro también, 8 horas.
Juro que no hay un solo árbol en el Parque.

Buscando desesperadamente sombra, me arrimé al borde del parque, que da al Río Lujan.
Me quedé observando los barcos de paseo, cargados de gente, veleros y lanchas que iban y venían, y botes, botes ingleses a remo (después aprendí que se llaman así).

Me quedé absorta en el río, y el transito que había en él.

Me quedé en transe.
Dejé de escuchar los aullidos de los chicos en las montañas rusas.
Dejé de escuchar los chirridos de los carros de los juegos.
Me envolvió una especie de frescura.
En esa realidad, vi pasar remando, en un bote ingles a una chica.
Me sorprendió.
Me sacó del transe.

Remar lo asociaba con hombres.
Río, botes, remos, fuerza, y lamento por mi ser femenino, decir destreza también.

Tengo que hacer esto, tengo que hacer esto.

Finalmente, lo hice, remar.
Que difícil.
Desde corroborar que el bote tiene su tapón, ( increíble que tenga tapón!)
Arrastrarlo por la rampa (pesa bastante)
Ponerlo paralelo a una especie de balsita.
Hacer equilibrio de circo para sentarte en el asiento móvil.
Colocar los remos!!
Y de ahí…salí como puedas.

Me asocié a un club, y al principio, salía con un profesor, pobre, que paciencia.

Finalmente di un examen, y lo salvé!
Tengo en mi poder un carnet que me habilita a remar.
Como verán mas adelante, sólo me habilita…

Ahora, todo esto para hablar de El Tigre.

El delta.
Nunca lo hubiese conocido tan bien si no hubiese remado.
Hay vías, como en la carretera, por un lado van, por el otro vienen los botes.
Los canales son tan estrechos en algunos lugares, que tenes que gritar “boteeeee”, para que repliegue el remo el que viene en sentido contrario o uno mismo, dependiendo de quien avise antes.
Expertos remadores tuvieron la desgracia de toparse conmigo.
Me choqué con algunos.
Pido perdón.
Aun agradezco la amabilidad.
Me choqué contra mini muelles.
Pido perdon
Encallé.
Pido perdón.

Me complicaba horrible las bajantes…esos bichos ingleses flotan con 20 cms de agua, pero a veces ni 20 hay.

Vuelvo al delta.
Verde, jungla, pájaros, fauna, flora, y sobre todo, calma.
Nada más sereno que el delta.
Silencio de jungla, o ruido de jungla.
Sonido de los remos constante, adormecedor.
Islas, islotes, camalotes, agua café con leche.
Combina perfecto con el verde, miles de verdes de esa extraña selva.

Sombras profundas
Sombras livianas
Sol del trópico cuando abandonas la sombra, deseando volver a la sombra.
He visto botes atados a árboles, con su remero durmiendo la siesta.

Algo que envidié.
Carezco de esa capacidad náutica y de echarme al abandono…sobre todo, de echarme al abandono en una siesta!
Temo que el nudo se desate, y terminar en la casa de Sarmiento.

Río arriba, está la casa de Sarmiento.
Firme, elegante y sin un rasguño.
Claro, está presa en una caja de cristal!
Una caja de cristal la rodea!...increíble…

Toda esa jungla, toda esa selva, frondosidad llamativa, aguas por momentos turbulentas, por momentos especulares, botes, remos, remeros…toda esa vida, está a tan solo a 20 minutos de auto de mi casa.

A veces, el paraíso, está tan cerca…y es un Tigre.

Laureles Esteños

Laureles esteños


.de Maria Constanza Cantua, el El Lunes, 20 de septiembre de 2010 a las 16:49.



Hay algo que me encanta de Punta del Este.

Son los Laureles.

Las casas en general, tienen Laureles

Los que a mi me gustan, son los que están en las calles.

Mi casa en punta del este, queda en un punto equidistante entre la brava y la mansa.
La brava, me encantaba, me divertía
Las olas me revolcaban.
Barrenarlas, que bueno.
Siempre me ganaba mi hermano, como en el 8 del Parque Rodó, (aclaro que mi hermano es más grande, solo un año, pero me ganaba igual)
No podía parar de reírme con que las olas me golpearan una atrás de la otra.
No había aguavivas,…o había, y se notaba menos.
A rió revuelto…no se ven las aguasvivas.
En fin, tenía todo el atractivo, mas la aceptación de toda mi familia.

La mansa, ir caminando hacia ella, era encantador.
Las dos calles que me separaban de la playa, estaban plagadas de Laureles.
Laureles rojos
Laureles rosas
Laureles fucsias
Laureles blancos, que lindos esos…

No tienen un aroma particularmente llamativo.
Son llamativamente frondosos y floreados y eran un poco más altos que yo….alcanzables, rozables, acariciables.

Iba descalza.
Me daban sombra a mis pies.
Me quemaba los pies entre Laurel y Laurel
Ellos me hacían llegar a la playa sin ampollas en mis plantas.

Jamás les arranque una flor.
Estuve miles de veces tentada.
No lo hice.

Sería en agradecimiento, no lo sé.

Veo un Laurel, pienso en Punta del Este.
Pienso en Punta del Este, y veo los Laureles.

Empedrado

Empedrado

.de Maria Constanza Cantua, el El Lunes, 20 de septiembre de 2010 a las 15:19.



Mi viejo tiene sangre Argentina.
Explico mejor.
Mi bisabuelo, era Rosarino.
Mi Tatarabuelo Italiano, llegó por estos lados, se llevó a una uruguaya (cosa rara) y se fue a Rosario.
Mi abuelo, que nació en Rosario, se vino a Uruguay y se casó con una uruguaya.
Tercos con las Uruguayas.
A ella le debo mi nombre.
Mi viejo, pasó gran parte de su adolescencia acá, en Buenos Aires, empujado por mi abuelo Argentino.
Era su programa, venir los fines de semana a Buenos Aires.
A Buenos Aires la conozco de cuentos desde pequeña, y además, mantuvimos la rutina de mi padre de venir seguido a esta ciudad.
Es como un mandato genético, terminé viviendo en Buenos Aires.
Por el momento, digamos que fue eso, para hacer este cuento más simple.
Mi viejo es un gran observador, no creo que yo lo sea naturalmente pero de alguna manera me lo inculcó.
El empedrado.
Que cosa más mágica el empedrado de las calles.
Hoy ya casi no quedan.
Hay mucho mas calles empedradas en Buenos Aires que en Montevideo.
Me acuerdo de algunas calles en Montevideo que eran empedradas.
Me acuerdo mucho mas de las que eran en Buenos Aires.
De la que me acuerdo más, es la Av. Corrientes.
Hoy está asfaltada.
Que pena.
Me maravillaba ver los dibujos en semicírculo de aquellas piedras perfectamente encastradas, y sobre todo me acuerdo del rodar sobre ellas en los taxis.
Daban una sensación placentera, casi como de viajar en una cuna móvil.
Me contó alguien, que las piedras provenian de Tandil, y que ahí había una cantera o sigue estando, no lo sé.
Las piedras eran picadas y esculpidas con esa forma maravillosa por presos.
Triste origen.
Algunas de ellas provenían de ahí, pero no todas.
Por suerte.
El origen de las otras, no lo sé.
Lastima.
La cosa, es que aún hay calles empedradas en Buenos Aires, como la Av. Triunvirato.
Amo ir con el auto sobre ella.
Me lleva instantáneamente a mi niñez.
La calle de la esquina de mi casa es empedrada.
La adoro.
En Montevideo, en la ciudad vieja, si mal no recuerdo, la calle Brecha (invasiones inglesas, gracias) era empedrada.
Seguro no lo es más.
En el Barrio Sur y en Palermo, El Cordón…pero van extinguiéndose.
Sé que no es económico hacer calles empedradas.
Sé que es engorroso.
Sé que es más fácil asfaltar.
Se ve el asfalto con el empedrado asomando aquí y allá en algunas calles.
El tiempo
El rodar de los autos
El capricho de mantenerse y ser contemplado y admirado.
El orgullo que tiene, hace que se lave el asfalto y aflore el empedrado
Celebro cada vez que pasa eso.
La calle Balcarce en San Telmo, la empedraron nuevamente.
Soy ingenua, gran debilidad…
Es un barrio antiguo, cargado de historia y van muchos turistas.
Conviene empedrar San Telmo.
Igualmente me gustó ver el proceso de cómo se hace.
Lo celebro, aunque más no sea por estética y conveniencia.
En fin…
Viejo, gracias por hacerme notar la Av. Corrientes, allá, hace tiempo.

La Angulación de la Percha

LA ANGULACION DE LA PERCHA

.de María Constanza Cantúa, el El Domingo, 19 de septiembre de 2010 a las 14:40.


Esa frase, tan bien dicha por quien me la dijo y tan oportuna.
La oportunidad de decir algo oportuno, es un don.
Yo no lo tengo, por supuesto.
Por una cuestión de respeto a su anonimato,
porque no le gusta, 
voy a obviar el nombre de la persona pero ella y, con eso digo mucho,
sabe que me refiero a ella.
Mudarse.
Mudarse de casa.
Mudarse de país.
Mudarse por lo tanto a otra casa.
Mudarse de colegio, si tenes hijos.
Estrés, es una obviedad.
Lo bueno de todo esto que aparenta tragedia,
es que volves a empezar.
Vas conociendo tu casa.
vas conociendo tu barrio, 
al almacenero,
…que acá no hay,
hay supermercaditos y pertenecen todos a chinos.
Vas conociendo al verdulero, 
al quiosquero y así,…vas conociendo.
Vas conociendo la ciudad, 
la ciudad, gracias GPS.
Me evitó llantos, muchos,
porque muchas veces fueron las que me perdí y lloré.
Me perdí decenas de veces a pocas cuadras de mi casa y no había forma de volver!
Empecinado uno, no?
Siempre hay gente en la calle para preguntar.
Y como explican acá!
Son tan solidarios explicando, 
detallando,
te ofrecen el mapa imaginario bien delineado.
Ya en la cuarta parte de la explicación, me perdí nuevamente.
Ya no pregunto más.
Me pierdo igual con la explicación.
Gracias una vez mas GPS.
Y luego de todo eso…,
vas descubriendo que te gusta tu nueva ciudad, 
tu nueva casa, 
tu nuevo colegio (ya sé que saben que estoy grande, es el de mis hijos pero lo tomo como mío),
tu nuevo barrio, 
en fin este nuevo micro-universo desplegado ante uno a mas no dar.
Hasta que comienzan las complicaciones nuevamente.
Donde se paga la luz?
Donde se paga el gas?
Que es el ABL?
No te aceptan pagar en el colegio, hay que ir al Banco.
El Banco,….las colas,,…eternas.
Es país de colas, colas, colas, horas en fila.
Cola en el super, cola en el tránsito, cola en el Banco, cola para pagar, pagar...
Juro que he querido armar motines y piquetes en medio de las colas arengando a mis compañeros de cola.
Que feo!
Nunca nadie me dio bolilla!
Por suerte.
Ellos, mis compañeros de cola, Ya saben como funciona acá.
Es a ésta altura, en la que se aplica la frase de la notita
Ya te molesta “la angulación de la percha”!
Gracias amiga, me alivianó la carga, comprendí.
Comprendí lo que es que hasta *la angulación de la percha* te distorsione.
Pasado ese momento desastroso, 
que suele durar unos meses, sobreviene una adaptación serena.
Ya nada te sorprende, ni para bien, ni para mal, pertenecés.
Si es que querés pertenecer.
Yo intento.
Los bonaerenses me lo permiten.
Miro hacia Montevideo, pero vivo acá.
Acá están mis amores.
Acá estoy yo.
Montevideo esta allá y está bien que esté allá.
Lo único que pido, es que no se mueva de allá.


María Constanza Cantúa ®




Scott Walker, Montague Terrace

350.000

350.000


.de Maria Constanza Cantua, el El Domingo, 19 de septiembre de 2010 a las 3:06



.Trescientos cincuenta mil árboles hay en Buenos Aires.

Trescientos cincuenta mil árboles en Capital federal. Pensemos que sólo en Capital Federal, viven cinco millones de personas, me incluyo.

Esta ciudad tiene una costa débil, poco atractiva, sin playa, sin arena, y agua totalmente poluída.

La corriente del Río Uruguay en la desembocadura del Río de la Plata, en el estuario, diría mi amada maestra de 6to año de primaria…hace que nos otorgue playas exuberantes a los Montevideanos, Canarios, Fernandinos y Rochenses, y traiga el lodazal al borde de la ciudad de Buenos Aires.

Mala suerte, todo, no se puede tener.

Lo que sí tienen, son parques inmensos, cantidades de plazas, plazoletas, bulevares y verde, verde, y verde por todos lados.

Yo, juro que pensé que tenían un millón, y digo un millón literalmente.

Fue un cálculo que hice, que aparte de no ser mi fuerte calcular, entre otras muchas cosas, le erré, y por mucho.

Manejando por la ciudad un día, escuché en la radio a algún funcionario encargado de la parte paisajística de Buenos Aires, decir que tenían esa cantidad,…algunos miles mas, algunos miles menos, pero por ahí andaban.

Observo la ciudad mientas manejo, (por favor no imitar, esto resulta peligroso), miro árboles.

No son como los de Montevideo.

En realidad, digo mal, son como los de Montevideo, pero más variedad y están en una disposición diferente.

La Av. Rivera en Montevideo, es una calle muy larga. Creo, sin temor a equivocarme, que todo el recorrido tiene Plátanos o algo parecido.
Dan una sombra pareja, constante, sin huecos de sol, hasta en verano, caminar por Rivera da un poco de frío de tanta sombra que brindan.

Acá, no es así.

En una misma calle, encontras diferentes árboles.
Palmeras, Plátanos, Jacarandas, Tipas, Sauces Llorones, Ficus, Magnolias, Palos Borrachos, y otras decenas de tipos de árboles que desconozco.

Sucede este fenómeno, (que fenómeno yo, llamarle a esto fenómeno) sobre todo en los barrios.

En el frente de mi casa conviven un Ficus y un Plátano…un Ficus, y un Plátano!
Mas diferentes no pueden ser!

La Av. Libertador, mantiene una cierta constante de árboles que no me acuerdo cuales son…pero salpicadamente se ven otros diferentes, que tampoco me acuerdo de que clase son.

Será que viví 42 años en Montevideo y me acostumbré a la estructura casi cuadriculada, sin sorpresas, monótona del mismo árbol en la misma calle.

Creo que justamente eso, la variedad de la flora por las calles de Buenos Aires, me dieron la sensación de ciudad desbordada de estos gentiles gigantes,…por aquello de un millón.

No se si lo planearon así, o si fueron elaborando por el camino la plantada , pero la variedad en todas sus escalas hace que Buenos Aires parezca frondosa, fulgurantemente verde y tenga un millón de árboles.

Me desconcertaron los trescientos cincuenta mil.

La hicieron bien los Porteños, planeado o por azar.

Mi Pino 18 de sep de 2010, 10 y 29

MI PINO


de Maria Constanza Cantua, el El Sábado, 18 de septiembre de 2010 a las 10:29.Mi Pino

Ustedes saben cuantas clases de Pinos hay?

Me refiero al árbol, se supone de hoja perenne…eso nos habían enseñado en el colegio, creo.

Yo conozco la Araucaria (creo se llama así), el Pino Azul, el Ciprés, el Pino Marino o Marítimo (y hasta ahí va mi conocimiento)….y esos últimos me encantan, son tan típicos de nuestra costa, aunque creo que nada de nativos. Es mas, creo que ningún Pino es nativo de estas latitudes, son boreales.

Toda esta introducción, es para hablar del Pino que asoma por mi ventana,

Tengo mi escritorio en un sector apartado de mi casa. Esta parte de mi casa es casi un departamento, dentro de mi propia casa. Cierro una puerta, y tengo mi baño, cuarto y escritorio, con un casi closet.

La cosa, es que muchas horas del día, y ahora mas que no estoy trabajando, paso sentada en mi computadora, escribiendo, investigando cosas, leyendo, hablando por teléfono, y por qué no, a veces tratando de hacer silencio en mi cabeza (eso casi nunca me sale), tengo hormigas, no donde todo el mundo piensa, las tengo en mi cabeza….y trabajan duro.

Pero el pino que asoma por mi ventana, que no es mío, es de un vecino, me encanta,

No se de que variedad es.
Pareciera una variedad del Pino Azul, pero no, esos son elegantes, erguidos, y verdaderamente azulados.

Este tiene tonalidades azules, pero…no llega del todo a ser azul.

No tiene nada de elegante.
Las ramas retorcidas, no saben para que lado ir.
El tronco es amorfo, y llegando a la cima del tronco, una rama sale directo de él, de forma loca y sin sentido (como todo él, como toda yo) hacia abajo, como un tobogán.

Me he visto deslizándome por esa rama chueca.
Me he imaginado, no lo hice, para hacerlo tengo que saltar la medianera (además de romper los barrotes de hierro de mi ventana).

Imposible.

Además de mi loco deseo de tirarme por él, éste cumple varias funciones.
Me dice que cantidad y calidad de viento hay…si es que se puede decir así.
Me dice que intensidad de azul tiene el cielo, porque a través de el, noto perfecto por el contraste que me brinda su verde-azulado, que tipo de día será.

Es maravilloso ver el cielo casi turquesa a la mañana a través del pino de mi vecino.
Los días nublados, son maravillosos también.
Se confunde el gris del cielo entre las ramitas, los frutitos, y me dicen: “debes quedarte en casa”. Claro, lo hago cuando puedo, que es casi nunca, pero la sensación que me brinda, a pesar del día feo, es cálida.

Así que ahí está, el pino que no se que variedad es.

Podría sacarme la duda, tocarle el timbre a mi vecino, preguntarle, y se acabó el enigma.

La realidad, es que no me interesa el nombre del Pino.

Es mi Pino de mi ventana.

Es mi amigo, me brinda sus ramas retorcidas sin complejos.

Podría no haber nada del otro lado de mi ventana. Pero está mi Pino.

Mi Pino, se llama variedad: “Mi Pino”, y así me gusta.

Cayucos Azul, 17 de sep de 2010 16 y 02

Cayucos Azul de Maria Constanza Cantua, el El Viernes, 17 de septiembre de 2010 a las 16:12 Tengo una costumbre. Que novedad, todo el mundo tiene costumbres. Tengo varias, pero hay una que es marcada. Yo no viajo mucho, pero a los lugares que voy, me compro del lugar, imanes o magnetos para mi heladera y vasitos de tequila o shots de alguna bebida alcohólica que desconozco con el nombre del lugar. Todos los vasitos que tengo, seguramente mucha gente los tenga o los haya visto…es común vender esos pequeños vasitos. Siempre compro dos, por eso de compartir con alguien ese algo que le ponga adentro, cosa que hasta ahora nunca hice, usarlos. Tengo un par, que me los compre, porque no podía recordar el nombre del lugar y los vasitos me ayudan. No me puedo acordar del nombre nunca, pero no me puedo olvidar del lugar. El lugar se llama Cayucos, como el titulo de este articulito. Después de viajar horas y horas en auto con mis hijos…mis mellizos,…por desgracia tienen 15 y no 18, cosa que me hubiese alivianado la manejada eterna que me hice, porque hubiesen manejado. Llegamos a ese lugar, Cayucos. Cayucos es un pequeño balneario perdido en la costa oeste de Estados Unidos. Tiene tres cuadras de largo, un comedero, un Real State o inmobiliaria un Banco y nada mas. El comedero le salvo la vida a mis hijos, que parece que si no comen cada 4 horas van a entrar en estado de coma. Comimos ahí…papas fritas grasientas, hamburguesas grasientas, y nos fuimos. Al irnos, se nos dio por recorrerlo un poco…llegamos hasta la playa. Yo le llamo Azul a Cayucos, porque tiene el Pacífico más azul que vi en mi vida. Que azul!, Zafiro, oscuro, intenso, bravo, con espuma y con la espuma se pone de un azul aún más salvaje y violento. Fueron cinco minutos de mirar al océano Pacifico desde Cayucos. Nos dimos media vuelta, nos fuimos hasta el auto, e íbamos brincando…saltando, los tres como langostas, hasta creo tener alguna foto de mis hijos por los aires y ellos de mi lastimosamente casi no despegándome del suelo. Cayucos nos inyecto energía. Ese lugar que no me acuerdo como se llama. Creo que hoy, ya no me olvido mas el nombre,… Cayucos, y le agregamos el AZUL.

Paredes, 15 de sept de 2010 , 16 y 56

PAREDES de Maria Constanza Cantua, el El miércoles, 15 de septiembre de 2010 a las 16:56 PAREDES Las paredes son diferentes, pero sobre todo las de Buenos aires con respecto a Montevideo. Si bien Montevideo es gris, opinión personal, las paredes de Buenos Aires, son más grises aun. Creo tener una explicación. Aquí, no hay medianeras. En Montevideo, gris y todo, entre casa y casa hay espacio, aire, corre un vientito. Acá no. Los espacios entre casa, al menos de frente, no existen, están los espacios de atrás. A esos me refiero. Que grises son. Todo brilla y es esplendor en los frentes, aunque no hay medianeras. Me explico mal, hay, lo que no hay es solución de continuidad. Es como un teatro el frente de las casas, su escenografilla, belleza, mas con las luces y las sombras que los iluminadores se encargan con tanta efectividad de hacer…realzan, dan vida, u escuren y dan un toque de muerte con la luz. Acá las casas brillan por delante. Ojo, también se que en muchos barrios en Montevideo, las casas están pegadas unas a las otras, pero acá, es mas una constante, por eso me llaman la atención. Los días de sol, las paredes grises de atrás, no me llaman la atención. Los días de lluvia o grises, se ponen tan grises, pero tan grises que se confunden con el cielo, se hace como una especie de mezcla mohosa de lluvia, cielo gris y pared gris. Lo importante es lo de adelante, lo que se ve. Dicen, no? Yo las miro, a las de atrás…a ver si mutan en su gris…y a veces lo hacen. Mi casa, es una casa vieja…el color de afuera esta medio…no sé, …sin un color definido, y en algunos lugares descascarado. Siento como un orgullo del frente de las paredes de mi casa…pero las de atrás….además están tan cerca, conviven tanto conmigo, con mis estados de ánimo, que no puedo dejar de pensar en ellas. Siempre pienso de qué manera estrambótica me podría meter en la parte de atrás de mis paredes… (Creo que físicamente es imposible, a no ser que me cuelgue de un arnés, y en el proceso temo perder la vida)…y pintarlas de un blanco brillante, luminoso, que el día nublado se aleje de mis paredes de atrás, porque ellas están ocupadas en alegrar todas las paredes de atrás de mi manzana. Adoro esas paredes…es mas, no podría vivir sin ellas. Pobrecitas, lo máximo que hice por las mismas, es ponerles un cantero de flores…alegrías. Evidentemente, no fue al azar las flores. …algo de alegría les brindan… Veremos…quizás un día de estos, me cuelgue, las pinte y sobreviva a la caída. Ya les contaré, o no.

Carteles y la Rambla

CARTELES Y LA RAMBLA by Maria Constanza Cantua, jueves 16 de septiembre de 2010




Se imaginan una ciudad sin carteles?
Sin carteles de venta u alquiler de inmuebles, 
sin carteles de marcas famosas de ropa, 
de zapatos de diseñadores?
Sin carteles de peluquerías, 
de bancos, 
de supermercados, 
de almacenes, 
de ferreterías, 
de quioscos,
de, …de,…de,…y así puedo seguir.
No hay carteles en esa ciudad.
Me equivoco,
si hay pero pocos, muy pocos.
No hay polución visual de carteles.
No hay neón, 
no hay luces estridentes, 
no hay letras dibujadas en chapas, 
no hay nada de eso.
Me tomó unas horas darme cuenta estando ahí, 
ahí es La Habana.
Ayer en mi viaje cotidiano al centro en Buenos Aires, me vino a la cabeza eso.
Relacioné.
Tantos carteles, 
propagandas, 
luces, 
tecnología de la Nasa para mí, aplicada a algunos de ellos. 
Algunos son magníficos, 
magnificentemente ostentosos en su  monstruosidad,
tanto que te los quedas mirando y,
ponés el auto en piloto automático en Buenos Aires! 
Imaginé el contraste, los opuestos, las antípodas.
Sé que hay ciudades más llamativas, 
luminosas, 
neonicas, 
estridentes,
plagadas de más carteles pero me toca vivir en ésta.
No hay carteles en La Habana.
Está el perfil dibujado del Che Guevara sobre un edificio en la plaza de la revolución.
Increíble, aguantando las inclemencias del tiempo y, al tiempo.
Perfil en intacto cincelado.
“Un muerto que nunca para de nacer”, diría Gustavo Cordera.
Allí, 
solitario,
en la inmensidad de la revolución, la Plaza,
se perfilan Martí por un lado y el Che por el otro, revolucionados. 
Dos almas.
Sentí nostalgia cuando me fui de La Habana, 
sólo estuve tres días,
me peinó la melancolía de Montevideo.
Locamente son parecidas.
Montevideo tiene carteles pero
tiene el romanticismo y algo en común que aún no descifro con La Habana.
Bah, creo que la rambla, 
como la llamamos nosotros,
el malecón como lo llaman ellos.
El lugar en si me resultó atávico, familiar.
Más allá de coincidencias o discrepancias,
mas o menos neon o dibujos en chapas,
son la gente mas viva, 
mas alegre, más esperanzada que conocí.
Y no hay carteles.


María Constanza Cantúa ®                                Camino de la vereda.
                                                                                      Buena vista social club. 

SILENCIO, de Ma. Constanza Cantua martes7.9.2010

Silencio De Maria Constanza Cantua, el El Martes, 07 de septiembre de 2010 a las 4:35




El silencio, silenciosa palabra.
Es una palabra cargada de cosas para mí, aunque suene como una contradicción. 
Cómo una palabra tan liviana esta cargada de tanto?
Quizás se remonte a mi niñez,sin quizás, seguro.
Recuerdo una tarde en el colegio, la maestra escribió la palabra SILENCIO en el pizarrón.
Preguntó si sabíamos lo que quería decir.
Mis compañeros se iban levantando de sus pupitres y le iban diciendo uno a uno lo que leía la palabra escrita. 
Todos, menos yo. 
Entendí que el silencio, era silencio, por lo tanto hice silencio.
Honré la palabra, el no sonido.
Creo, después de haber ido todos, uno por uno a decirle en el oído y ser la única que no fui, me sentí  la más alienígena.
Intenté explicarme por qué no fui a decirle,
...no había caso,
se interpretó casi instantáneamente que no sabia leer,
cuando en realidad a tan corta edad, le di un significado mas profundo, el que entendí que tenía.
Hoy con 44 años, ocupando mi mente en tareas, si tengo un lápiz y papel a mano, siempre pero siempre garabateo la palabra silencio.
La he dibujado de mil formas diferentes, 
en letras góticas, 
con gotas de lluvia sobre letras gordas, 
con flores multicolores alrededor y a veces hasta casi como si fuera mi propia rúbrica,
SILENCIO, ...y la sigo garabateando en forma inconciente a lo largo de estas décadas.
Ya, ya podría dejar de hacerlo pero ahí está, incrustada, altiva, con memoria, sin ganas de dejarse olvidar.
Por mas que hago conciente el momento de mi garabateo, la evito, hago números, e indefectiblemente vuelvo a ella y a aquella tarde en mi colegio. 
Quizás, se haya convertido en marca, señal,..porque si hay algo que tengo claro, es que me cuesta y mucho hacer silencio en mi cabeza.


María Constanza Cantúa


The sound of silence Paul Simon-Art Garfunkel