www.facebook.com/conniecantua

lunes, 9 de mayo de 2011

MANUELA. Lela

Manuela. Lela


de Maria Constanza Cantua, el Lunes, 09 de mayo de 2011 a las 18:32
Manuela, Lela

Nunca me dejó llamarla abuela.
En parte tiene explicación,
tenía cuarenta y ocho años cuando fue abuela pero la cuestión es que nos hacia decirle Lela a mis hermanos y a mi.
Pura Coquetería.
Fue la única abuela que conocí.
Que mujer!
De abuela nada.
De mujer todo.
Que carácter!
Cuantos dolores surcó su vida.
Su cara no estaba impregnada de ellos.
Se encumbraba en asuntos amorosos como novicia primordial.
Con olvido instantáneo de restos, de restos de dolor.
Rostro atrevido y resuelto, mirando con la frente alta el ahora exaltado.
Que humor!
Con el chiste y la burla en la boca.
Con la crítica mordaz e hiriente preparada.
Verborragica,…un manantial de palabras, a veces inentendibles
pero ella quería decir algo y se hacia escuchar.
Primer transfusionista que tuvo Uruguay, aprendió a la fuerza.
Aprendió sola y a la fuerza también a nadar,
con coste de ahogarse en el intento. Un tanque!
La vi hacer unos cuantos largos en la pileta.
Yo la miraba embelezada y llena de orgullo que aquella mujer poderosa que aprendió a los 50 años a nadar lo hiciera tan bien.
La vi tirarse de Las Grutas en el Este a una piscina natural, tendría 10 metros de altura!
Nada en el medio, ni en lo que hacía ni en sus sentimientos,
te amaba o te odiaba.
Algunos Odiados sobrevivientes la recuerdan con  calidez en el corazón y con una reverencia para una dura guerrera de la vida.
Un divorcio temprano, muy, muy joven.
Una viudez después.
La pérdida de un hijo
Dos casamientos más
Sobrevivió a todo y a todos.
Con sable y machete,
cortaba el asfalto jungloso de la vida.
Con florete y hacha,
derribaba mis enfermedades y la de mis hermanos.
Con un fusil de balas y flores,
batallaba nuestras tristezas.
Fue ella y solo ella la que me consoló cuando me rompieron por primera vez el corazón, lloró conmigo.
Tenía una lengua filosa,
a veces con veneno que arremetía sin pudor en luchas dialécticas intestinas.
Nada en el medio.
Del fuego al hielo.
La amaron mucho, apasionadamente, lo sé.
Amó.
Amó y amó a sus hijos y nietos de una forma casi inentendible por momentos, posesiva y leonina.
Mi Mamá, su mas fiel y dulce compañera en la vida,
tiene la mitad de sus genes pero a medida que pasa el tiempo,
pareciera que solo los genes de Lela prevalecieran en ella y tuvieran progresión geométrica,
una luchadora del amor y la unión.
La quise mucho.
La quiero más a medida que se aleja su último adiós.
No creí el peso y preponderancia que tendría en mi vida.
Hoy la admiro, más que ayer.
Hoy la cito, más que nunca.
Hoy la venero eternamente.
Fui la última que la vio con vida.
Estaba lucida
Me dijo: “Nena,….vos te estas hidratando bien esa piel?”
Me acuerdo de eso y largo una risotada, genio y figura.
Reina hasta para abandonar esta tierra.
Se fue con sus anillos, cadenas, su pelo rubio inmaculado y toda, toda la vida intensamente vivida hasta drenarle el último halito que pudo a su dolorosa y riquísima existencia.
Se fue en paz, se fue habiendo recorrido un sendero maravilloso
y hasta el final.
Se fue a su manera, *A Mi Manera*, la canción que mas le gustaba, su Himno!
Salud Lela, donde quieras que estés!
Te amo.

Para mi Abuela, perdón,…Lela y mi Mamá.

María Constanza Cantúa ®



Frank Sinatra, My way, para ti Lela de mi corazon