www.facebook.com/conniecantua

sábado, 1 de diciembre de 2012

MAQUINA

Máquina, de María Constanza Cantúa

Una luz tenue
de una lámpara de la época del ñaupa.
Un banquito incomodo,
y sobre una mesa cualquiera,
se impone majestuosa
la máquina de tejer.

Peines que penden

de unos débiles hilos de lana,
amorfos cuelgan de ella y,
una mano cuidadosa,
pasa y sigue pasando
repasando con cuidado al pasar
dando paso a una forma extravagante
que se apresta en posición.

No hay reposo en el pasaje.
Suena para un lado y el otro
como un escritor inspirado,
cada tanto tacha un punto y una coma
y el delicado instrumento,
desengancha la rebeldía.

Las manos cansadas,
desploman un pasamontañas
cuidadosamente rematado
de un azul índigo en sus bordes.
Vuela humeante derecho a mi cabeza.
La máquina descansa.

Sueño la mañana
con tostadas y café con leche.
La ropa del colegio y el invierno apretado
me lleva con pasamontañas orgullosa
de no usar bufanda.

Hoy a la noche el ciclo se repite
Mi madre sentada
en frenética labor,
más seis ojos ansiosos esperando un nuevo milagro que usar.
El pasamontañas, fue mío.

Gracias mamá.

María Constanza Cantúa ®
Metamorfosis de Maria Constanza Cantua.
Metamorfosis, de María Constanza Cantúa

METAMORFOSIS. DE maria constanza cantua, foto de connie cantua bo

Una aspiradora
Un elefante sin patas
Un cocodrilo con un pájaro en la cabeza
Un mascarón de proa
Una criatura prognática
Un cíclope
Un potro echado
Un zorro escondido en un pajonal
La cabeza de medusa
Dos ratones unidos por la cola
Dos autitos chocadores
Una iguana y un pequeño médano
Una mecha de lana
Un mejillón
Un avioncito microscópico
Un punto de arena
La nada
Diez minutos
Metamorfosis de una nube
María Constanza Cantúa ®

En un tiempo



En un tiempo, de María Constanza Cantúa. Nov de 2012


En un tiempo,
adorrmecida estuve,
sueño largo, ensoñado,
ensalzado, cambiante.

En un tiempo
estuve,
entre asfalto y pasto,
cemento y hojas levantiscas
escapadas del otoño,
recicladas en primavera.

En un tiempo
estuve,
en mar dulce de Monte VI,
cromando mis entrañas
al ardor del viejo callejón
que apretaba.

En un tiempo
estuve,
donde lo onírico de aquello,
no me gustaba
y los vientos soplaron fuerte del oeste.

En un tiempo
estuve,
en que antaño me molestaba,
pero el presente lo tironea hasta acá
y no resulta doloroso.

En un tiempo
estuve
a un centenar de millas,
donde resultaba un viaje profundo
a lo mas hondo del espejo.

Hoy, el sueño son alas,
un larga vista para mi corta vista
de aquella quimera,
avistando el horizonte
de mi pequeño Universo.

Hoy el Universo se aprieta aun más
y más en una planicie,
donde se yergue el Monte VI
De Este a Oeste, mi lugar.

María Constanza Cantúa ®
 — en Buenos Aires.

Tero

Tero, de María Constanza Cantúa-
Tero, de María Constanza Cantúa, Nov. de 2012


Veo dos patitas,
veo dos palitos,
moviéndose sigilosamente
a centímetros.

Un montoncito de pajitas y tierra,
reclaman su derecho,
bulle vida en poquitito,
y palitos en acercamiento.

Son patitas y las patitas garras
y las garras corretean
para erguirse en un porte ostentoso
de poder.

No te acerques, ni te arrimes,
no los mires,
sólo de lejos,
porque la debilidad
se torna en fortaleza
y la fortaleza
en llamaradas de alas dibujando
un castillo en el aire por donde
no podrás pasar.

Cuatro paredes y un techo infinito,
eso delinean los teros.
Tan suaves y tan salvajes,
hasta ahí te dejarán llegar.

Y es que son teros,
bravos, guapos, ágiles, guerreros.
Guardianes indiscutibles
de lo que es mi tierra,
Uruguay.

María Constanza Cantúa ®