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domingo, 10 de octubre de 2010

NUBES

NUBES
.de Maria Constanza Cantua, el El Domingo, 10 de octubre de 2010 a las 22:54.NUBES


NUBES

Cuando era chica me explicaron en el colegio lo que eran las nubes.
Ahora de grande, mis hijos adolescentes me refrescan lo que son las nubes.
Explicaciones muy científicas por cierto.
Son explicaciones casi de un meteorólogo o de un nubologo??
Me impresiona lo que saben estos niños; Pero mas allá de las explicaciones cúmulos limbucos, y perdonen mis trastornos en el lenguaje, esas nubes, esos copos de algodón incandescentemente blancos, esos que golpean el contraste contra el cielo azul…solo contemplarlas, tumbarse en el pasto y observarlas, que éxtasis provocan!

Me gusta cuando hay mucho viento porque cambian de forma rápidamente.
Me gusta cuando hay poco viento porque cambian de forma lentamente, en cámara lenta, lacónicamente.

La cuestión es que cuando hay poco viento, mi cabeza les encuentra miles de formas en centésimas de segundos…no le importa a ella la fuerza del viento. Obvio. Hablamos de mi cabeza.

Me río. Me río de mi ya conocido sonajero mental que no logra quedarse con una figura tan solo unos instantes.
Cambian y cambian y cambian.

Ahora mismo tumbada al sol veo dos nubes, contra el cielo estallando en azules, dos nubes, son dos hongos gemelos.
Ya uno NO quiere ser más gemelo, se independizó de su hermano nube y se transformo en una medusa con los tentáculos largos barridos hacia la izquierda por alguna corriente oceánica, y ya el otro gemelo es un bote.
Un bote ingles con su remero encaramado en el asiento de vaivén remando duro, con mucha fuerza, con el torso hacia adelante, empujando furiosamente el agua con los remos.
Eran dos hongos gemelos, se acuerdan?

Ya viene algo atrás…una nubecita más.
Es la cabeza de un tiburón blanco…y es un tiburón blanco sin cuerpo, con las fauces abiertas, con las hileras de los dientes resplandecientes al cielo marino, el ojo sin vida…el ojo es un huequito sin nube, el ojo sin vida, sin expresión,
Ey!...Va directo a su victima, Ey…va atrás del remero, cuidado! Pero el bote del remero ya viene cambiando, le veo una quilla, grande, generosa, abriéndose pasó con velocidad… no es más un bote, es un velero, y el remero es el velamen.
Va más rapido, el tiburón no lo alcanzará.

Y así puedo seguir.
Y así puedo seguir…les aseguro.
Es suficiente, porque nunca tendría fin…porque siguen viniendo nubes a tropeles.
No tendría fin ni con las formas que les encuentro, ni con la madeja de historias que hace mi cabeza con dos simples nubes que originalmente eran dos hongos gemelos.
Ya.
Ya dejen de venir nubes.
Vienen más.
Les cuento más?
No.
No me parece.

Me parece, que no tengo fin…pero FIN, si?



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