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jueves, 3 de marzo de 2011

AZUL

AZUL de Maria Constanza Cantua, el jueves, 03 de marzo de 2011 a las 22:48


Azul
En realidad es celeste pero le suelo decir azul al cielo cuando está bien celeste.
Ese celeste.
Ese azul.
No hay celeste, no hay azul como en el Río de la Plata.
Se me ocurre escribir esto, porque estoy en el medio del Río en este momento sumida, concentrada en mis notitas.
Levanto la cabeza de mi estado de trance, miro casi sin mirar hacia la ventana del barco que me lleva y ahí está, el estallido mas azul-celeste de mi vida.
Azul, celestino que en su dulce amor por Celeste, le otorga a Celeste, el azul mas cremoso, suntuoso, obligándolo a Celeste a no mirar las tentadoras y algodonosas nubes del blanco mas blanco, ese blanco que abandona,…abandona en su blancura y de tanto en tanto lo acompañan a Celeste, lo adornan, lo embarrocan, lo enceguecen y lo tientan.
Mi Azul, mi Celeste sinónimos de cielo, de amor, de regazo, de calor,…es mi calma, mi serenidad celeste azulina, azulada de pincelazos, azul abanicado de pintura y aromas de cielo, de paraíso, de infinito, de lo alcanzable en lo inalcanzable, de lo abarcable en lo inabarcable.
Una mano poderosa desempaña el vítreo cielo.
No deja una gota de Las Tentadoras y coronan la bóveda, hoy magnífica, una joya única y venerada: un Sol de perfectas dimensiones desparramando luz a más no dar, completando de vida a la vida misma.
Celeste.
Azul.
Aguas leoninas lo esperan mansas, lo abrazan, lo envuelven, lo cubren, lo acunan y así, casi sin darme cuenta, con y cómo el paso del tiempo le dio paso al mismo en sus agujas: el cielo azul celestino se duerme en su Azul mas profundo en el río, en el león.
Hasta mañana cielo, hasta mañana Azul…

Maria Constanza Cantúa ®



The blues are brewin Billie Holliday



COMMUTE, entre dos amores

Por María Constanza Cantua, 3 de marzo de 2011


Commute, entre dos amores.



Commute en inglés NO quiere decir lo que pretendo escribir pero lo siento un poco así.
Es trabajar en un lugar y residir en otro a distancia considerable.
Yo no trabajo en un lugar y resido en otro.
Vivo en un lugar y visito otro de tanto en tanto, de tanto en tanto...
Distancia...
Distancia por los motivos que sean.
Distancia.
Distancia para ir a ver familiares y amigos.
Distancia, corta, distanciada por la corta distancia de la distancia, distante, lejana en su ilógica y ridícula cercanía.

Vivo en un país que no es mío.
En algo es mío.
Mío, mío, no es pero algo mío es.
Me dirijo a mi país, donde no vivo más.
Donde siento que los árboles, avenidas, veredas, rambla y playas son mías.
Mías, mías, no son pero algo mías son.

Acá es mío pero no es mío, allá es mío pero no es mío.

I commute, voy de aquí para allá, de allá para aquí, sin estar y estando en ambos lugares.
Zarpo de un puerto, llego a otro, zarpo de otro, llego al primero y así y así.
Cual es el primero, cual es el segundo?

Toda una divisible unidad, no dividida debidamente, no unificada debidamente aún en su divisibilidad de átomo divisible.
Oiga!  Hasta un átomo se divide y es a la vez un solo elemento.

El lugar donde vivo es benévolo conmigo. Quizás yo no lo sea tanto con él, quizás porque en el fondo él no es muy benévolo conmigo. No lo sé bien qué es qué y quién fue quién primero. No importa.

No entiendo algunas cosas.
No me adapto a algunas cosas.
Me considero un aparato de adaptabilidad en lo inadaptable.
Vengo a descubrir de grande que no logro ductilidad, maleabilidad tan fácilmente en un medio que no es aborigen.

Hay, no hay.

Hoy, no es hoy.

Soy, no soy.

Ah, sos Uruguaya, no entendes!

Ah sos Uruguaya, que gente seria!

Ah, vivís en Argentina, entendes menos aun!

Puede ser que entienda poco y también puede ser que no seamos tan serios.
Soy como soy, una ameba Uruguaya emitiendo seudópodos, que como ameba son pseudos y no reales, tratando de agarrarse, aferrarse a algo reconocible en Buenos Aires.

Desearía sentir que no estoy de paso acá.

Desearía no sentirme turista.

Desearía y este deseo es volitivamente convertible en fáctico, recorrer la ciudad de cabo a rabo.

Que me reconozca.

Que sepa quien soy.
Que no me empuje cada tanto.
Invariable e indefectiblemente las raíces son las raíces.
Entonces, arraigar un pedacito de mi vida seria posible acá?
Poner una pequeña raicita y hacer un árbol frondoso que me cubra y me de sombra?

Debo vivir Buenos Aires como no lo he hecho en estos tres años.
Debo respirar lo amargo y dulce que mana de las entrañas de esta ciudad...Lo elegante y el arrabal.
Bello, horrible, tesoro, vulgar, maravilloso.

Quizás mi cabeza, alma, espíritu, cuerpo mute sempiternamente entre ambas orillas, cercanas y lejanas.
Quizás no esté mal.
Está mal?
Debo pertenecer a un solo lugar?
Quizás no.

María Constanza Cantúa ®

                                     Mi hijo, hace unos años ya en Colonia de Sacramento, Uruguay


River of Tears de Eric Clapton
 
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