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viernes, 25 de noviembre de 2011

Solos

Solos

de Maria Constanza Cantua, el Viernes, 25 de noviembre de 2011, 22:35
Solos

Sola, sola y sola.
Solo, solo y solo.
Solos, solos y solos.
Soledad que no es,
es solitaria,
no es sola,
solamente en soledad.
Sola, solo, solos
Soledad en completo,
solamente completa.
Solos nacemos.
Solos morimos.
Solos decidimos.
Solos elegimos.
Solos metemos la pata.
Solos le embocamos.
Solos cerramos el círculo.
Solos dejamos una hendija.
Solos no es ser solos,
solos compartimos.
Tu soledad amolda
mi interior.
Mi soledad amelga
tu intrínseco.
Tu solo fresco,
airea mi sola brisa.
Vientos de soledad.
Espejos de solitarios reconocimientos.
Horas de dulce-amargo.
Solos en continuo descubrirse.
Tan sólo.
la Magia de nuestra Soledad.

María Constanza Cantúa ®
georges Mostauki , ma solitude
Tema de pototo , Almendra

Montevideo

MONTEVIDEO

de Maria Constanza Cantua, el Viernes, 25 de noviembre de 2011, 18:28
Montevideo

Es gris, es deslucida,
pequeña y cercana
en su pequeño grisáceo.
Montevideo
es colorida y gigante
en su gigante colorido.
Montevideo
es de calles angostas,
bucólicas,
de siesta,
de vecinos en la vereda.
Montevideo
es de calles amplias,
sonoras,
de Llamadas,
de tambor allá,
allá en el sur bien sur.
Montevideo
es desértica,
de árboles magros,
de flores sin sol.
Montevideo
es ondulada,
de verde infinito,
de follaje tibio.
Montevideo
es seca
de pavimento pegajoso,
de senderos rotos,
de zanjones sin fin.
Montevideo
es pura agua-vida,
de calles coloniales,
de niños capullos.
Montevideo
es insignificante,
es un punto en el planeta,
es una mota en el Universo,
Montevideo
es relevante,
una luz poderosa,
un cometa alegre,
un bufón cósmico.
Montevideo,
mi abolengo,
mi plebeyez,
mi alcurnia,
mi arrabal,
mi fuente,
mi irme
y mi volver.
Montevideo,
mi amor, mi eterno amor.


María Constanza Cantúa ®

Foto del cerro de Montevideo, foto de MCCantua
Sur del sur de Jorge Drexler

lunes, 21 de noviembre de 2011

Calderin Bonaerense

Calderin Bonaerense, de Connie

de Maria Constanza Cantua, el Lunes, 21 de noviembre de 2011, 1:01
Calderin Bonaerense

Bordes, perímetros,
irregulares, regulares,
cemento , vidrio, madera,
copas de árboles sincopados
en terrible desarmonía
con melodía suave en extraña armonía.
Bruma sobre los perímetros,
bruma sobre la humanidad.
De las siluetas en el horizonte
escapan emasculadas, miles,
millones de suspiros,
pulmones-fuelle a todo vapor,
tristezas, alegrías,
muertes, nacimientos,
Orgasmos, la petit mort refractaria.
Todo eso proviene del mismo nudo
del mismo paraíso-infierno.
Mis retinas se mueven solas,
sin uso de nervio óptico,
el río las lleva de aquí para allá
y me muestra esto, de aquí para allá.
Mi esencia está serena,
lo que siente.
tiene formato de clan urbano en llamas.
Aunque observo desde lejos,
en un rato formo parte,
formo parte en hilera.
Me lo cuenta el Fortune Teller-adivinador
Buenos Aires
Mi amor
Mi cuna
Mi inframundo
Mi fragmentación, si.
Desde el Río, reportándose
Constanza de lo que siente y ve.
Hoy, Ahora, en un minuto mutará.
Buenos Aires querido,
Buenos Aires lejano,
Exhalando almas al cielo.
Hay un calderin allá arriba
y me temo que las seguirá lanzando
a la olla por un tiempo más.

María Constanza Cantúa ®




petit mort

LAGRIMAS DE VELA, de Connie.

de Maria Constanza Cantua, el Lunes, 21 de noviembre de 2011, 0:31
Lagrimas de Vela

Un velamen henchido
DE vientos del Río de la Plata.
le insuflan vida a la brasa-vela
calentándola aun más,
generando velocidad.
Navega hacia el horizonte,
sin necesidad de rumbo,
sin necesidad de destino,
solo deslizarse sobre la superficie irregular
de puntas de aguas leoninas.
Allá va ese conjunto de alas
con viento ardiente entre ellas,
con beneplácito de Eolo.
Allá va mi alma,
atada al velamen,
mi cabeza en el extremo del mástil.
Lagrimas de velocidad,
limpian mi lacrimal,
dejan estela curada
no cejan en la cruzada,
dejan su huella en el río,
Dejo algo de mí.
Hoy solo siente
la brasa en el empuje,
la fuerza del viento,
la meditación del horizonte.
sin necesidad de rumbo,
sin necesidad de destino.
Cruzar el Aqueronte.

María Constanza Cantúa ®

foto de mccantua




Elefantes

Elefantes, de Connie

de Maria Constanza Cantua, el Lunes, 21 de noviembre de 2011, 0:15
Elefantes

*…cuando no hay en la tierra una sola cosa
que el olvido no borre o que la memoria no altere y
cuando nadie sabe en que imágenes la traducirá
el porvenir…*

Este pedacito de frase mágica
no es mío
y aclararlo es casi una obviedad
pero bien vale,
es de J.L.Borges
Puedo dispararme
para cualquier lugar.
Quién quiere olvidar
lo bello, lo feo,
lo despreciable, lo noble?
Creo que no debiéramos repasar
el pasado.
Mirar, flotar y con
un larga vista,
ver pasar la hilera de elefantes
que forman parte de nuestro pensamiento.
Un Sahara poderoso y ardiente,
sostiene patas masivas de pensamiento,
y nosotros,…allá arriba,
viendo línea de puntos,
viendo elefantes.
Gracioso, dicen que es
el animal con más memoria,
para que la tendrán?
Saben donde ir a morir,
saben el lugar de sus ancestros,
saben el camino de la supervivencia.
Memoria paquidérmica selectiva,
inteligente, sin rencores,
el recuerdo los vivifica,
El Ahora inefable-afable-omnipresente,
enseña, mira sin juzgar
como los elefantes.
Ya llegan, ya llegan desde el Pacifico,
vienen hacia el Atlántico.
Ya arriban los elefantes
dispuestos a flotar.
Vieron un elefante nadar?
Mastodontes cargados de memoria,
útil, discernida, volando por el océano
como criaturas etéreas y aladas, transitan…
transitan.
Así de fácil es transitar.
*no saber en que imágenes traducirá el porvenir*
Gracias J.L.Borges

María Constanza Cantúa ®





sábado, 12 de noviembre de 2011

Cerrojo

Cerrojo

de Maria Constanza Cantua, el Sábado, 12 de noviembre de 2011, 21:08
Cerrojo, de Connie


Un elemento que cierra.
bien cerrado por un lado,
ojo por el otro,
casi una contraposición…
Dos cerrojos en mi corazón,
ambos asegurados con candados.
Un corazón de bloque,
limándose en los bordes
hasta llegar casi a la forma
del meollo.
Conseguir una mediacaña,
creo que es fácil
y hender los pasadores.
Ahora, encontrar las llaves
de los cerrojos,
ya no es asunto asequible.
La cuestión es que busco.
La cuestión es que es un bloque
y trafica en no ser más.
Forma similar mi corazón
a corazón tiene.
Imagino que cuando horade
la ensenada,
podré calar con tranquilad
mi barca, barca que viene
desde hace años en centurias,
conformando borrascas profanas.
La bahía se explayará,
mi barca anclarà,
la sangre de mi meollo
se verterá azul, o es que es
Verde Esperanza?
...ay, y rima con Constanza.
Imagino entonces una cajita
de esas, del día de San Valentín
abierta de par en par con
una bisagra enmohecida en el medio.
Quedará abierta,
derramarà en rojo, en azul, en violeta,
para tornarse rojo nuevamente.
El derrame es benigno.
Es esa potranca que alguna vez estuvo.
La cosa, imagino, es la quietud,
la mansedumbre,
la aceptación,
digo todo esto para decir
El perdón?  El mío.
Insondable los misterios del alma,
como insondable lo abisal de la
capacidad humana.
Lejos de la perfeccion,
en mí arrugada imperfección,
convergerá la respuesta.
Vendrá,.. vendrá?
Que venga.
Transito, ojala un día,
aunque cambie todos los días,
mi bahía sea esa y nada más que esa.
El cerrojo está pero nada es inquebrantable.
El cerrojo perderá la llave
en el azul de Las Marianas,
lugar donde sè que jamás llegarè.
Atolón,…lo quiero profundo,
por si me tiento en bucearla.

Maria Constanza Cantùa ®



 The shape of my heart de Sting

lunes, 7 de noviembre de 2011

Renguera

Renguera, de  Connie

Allá hace un tiempo,
recuerdo que
mi abuelo que no era,
tenía un regalo en su pierna derecha.
Un regalo mágico.
Mi niñez, mi mundo lírico y elegíaco,
me hacían pensar que esa renguera había venido con él
y lo acicalaba desde su nacimiento.
Se que su renguera
me acompañó mis años frágiles
y de ensueño,
mis vuelos de vigilia,
mis planeos con Morfeo.
Mis ogros de bosque oscuro,
me los quitó mi abuelo que no era.
Recuerdo entre tanto ogro,
el de *No Nadar*.
Su renguera me tomó de la mano,
me llevó por un puente angosto
él y su renguera.
Al llegar al final
y mirar el verde profundo,
rayos lumínicos de pulpo
me miraban del verde al verde
de mi iris.
Mi ogro cetrino y húmedo,
me esperaba con las fauces abiertas.
La renguera y su dolor,
me susurraban al oído:
“No tengas miedo,
nada te pasará, sólo nada hacia mi”.
Volé a lo profundo y mas profundo,
en ese hondo de lo mas hondo.
Los brazos lumínicos me soltaron,
miré con decisión el sol desde el fondo
y luché a brazo partido hasta la superficie.
Mi cabeza giró buscándolo.
Su renguera y él estaban ya en la orilla
con los brazos levantados.
Su renguera era veloz,
ligera,
de amor,
de confianza,
y con confianza nadé y nadé hasta él.
Al llegar,
dos brazos poderosos y una renguera firme
me abrazaron con orgullo.
Fui la nieta que no era nieta
mas feliz del abuelo que no era mi abuelo,
mas ufano.
Mi abuelo, mi rengo, esa renguera mágica.
Esa renguera que dejaba ese trillo adorado en la arena.
Cuando ya bajaba el sol
y miraba fascinada
sabiendo que mañana
otra vez me iba a amar.
Cuanto te amé Carlitos
Cuanto te amo.
Mi rengo, mi rengo del alma.

María Constanza Cantúa ®


 El día que me quieras, by Fernando Notaro. Prodigio de músico Uruguayo, gran amigo, Gracias Fer!!