www.facebook.com/conniecantua

jueves, 28 de octubre de 2010

MI NOTA diferente, vacío-KIRCHNER

MI NOTA diferente,..vacío-Kirchner
.de Maria Constanza Cantua, el El jueves, 28 de octubre de 2010 a las 21:25.Mi Nota diferente, vacío…Kirchner



MI NOTA diferente, vacío...KIRCHNER

Amazing Grace,…la música de los muertos.
Suena en el Ipod ahora.
La puse a propósito, quizás para que me diera fuerza para escribir.
No fuerza por el dolor.
Fuerza por quién voy a escribir.
Murió Néstor Kirchner.
Me provocó sorpresa.
Me provocó mucha sorpresa.
La muerte sorprende y es la única certeza.
Me provocó incredulidad.
Era un hombre lleno de vida, vida negativa, vida que iba restando por la vida, iba restando de su vida sin saberlo.
Tanto odio, tanta ira, tanta bronca, tanto resentimiento.
Hizo actos simbólicos buenos. Eso escuché en una radio hoy.
Los que viven acá ya saben de que actos simbólicos se trata.
La corte suprema, los derechos humanos, la conducción al principio de su mandato de un país que NO tenía timonel.
La mitad de este país es pobre.
Vacío.
Le llamo vacío a mi mezquindad.
Le llamo vacío a mi miseria.
Le llamo vacío a mi enfermedad.
Kirchner me llenó de mezquindad, de miseria y de enfermedad.
No fue Kirchner, fui yo.
Tantas veces me dijeron:” no dejes que te contamine.”
Y yo me dejaba contaminar.
Hasta regocijo encontraba en tanta barrabasada.
Tanta cosa torpe, mal hecha, corrupta.
Yo fui tan torpe, hice tanta cosa mal hecha, pero no soy corrupta.
Me daba motivos para pelearme.
Me peleaba con él.
Me peleaba con la nada mismo.
Me peleaba sola. Él no me escuchaba.
Era un contrincante que no me veía ni sentía, pero yo creía que sí lo veía y lo sentía.
Combatía contra él, contra cada palabra violenta que salía de su boca.
Combatía contra mi misma.
Llegó a personificar el mal encarnado.
Yo fui una miserable, mezquina y enferma de odio contra él y contra mí por no poder hacer nada, por no querer hacer nada, por no intentar hacer nada, mas que quejarme de él.
De repente se muere.
Se muere mi contrincante.
Se muere mi enemigo número uno.
Se muere a quien yo considero que le ha hecho tanto daño a este país.
Donde comen mis hijos, es donde está mi país, este país que no es mi país,…esa frase no es mía, pero la siento muy cierta.
Ya no tengo contra quien lanzar mi odio.
Mi mezquindad.
Mi miseria.
Mi bronca.
No debiera haberla tenido nunca.
No debiera haber sentido odio, mezquindad, bronca, miseria, inclusive mediocridad.
La mediocridad del vacío que me provocó la muerte de Kirchner.
No sé como manejarlo.
No sé para donde disparar mis quejas.
Mis quejas ya no tendrán que ser quejas.
No debí sumarme, montarme, treparme al resentimiento.
No debo sentir que me quede sola, sin contrincante.
El contrincante ya no está.
Se tendrá que morir alguien para que yo entienda que no debo sentir odio?
Se tendrá que morir alguien para entender que no debo quejarme?
Se tendrá que morir alguien así como Kirchner, para entender que lo que debo es HACER algo?
Se tendrá que morir alguien para entender que justamente lo que debo hacer es desplegar bondad y no todo lo contrario?
No responder con más odio al odio.
Responder con amabilidad.
Responder con ternura.
Responder con dulzura.
En definitiva, responder con AMOR, el arma, paradójico llamarlo arma, pero definitivamente el arma mas poderosa de nuestra existencia.
Solo el amor logra cosas, mueve cielos y tierras.
Más amor, menos odio, o nada de odio si eso es posible.
Cambios profundos en uno, EN TU SER.
Lamento Kirchner que te hayas muerto para que yo entendiera esto.
El vacío que me provocó el odio de no tener el odio enfrente.
Quisiera poder prometer que no voy a sentir mas odio por nada ni nadie.
Quisiera, quisiera de verdad.
Lo voy a intentar.

............................................................................

Mi Abuelo que no era

Mi Abuelo que no era.
.de Maria Constanza Cantua, el El jueves, 28 de octubre de 2010 a las 17:48.Mi abuelo que no era.




Mi abuelo que no era mi abuelo, estaba casado con mi abuela.
Mi abuela se había divorciado muy joven, vuelto a casar, a enviudar y a casar nuevamente.
De el que quedó viuda tengo relatos.
Me decían que era el hombre más bueno, Pepe.
Quizás lo fue.

Seguro lo fue.
El hombre más bueno que sí conocí fue mi abuelo que no era mi abuelo.
El tercer marido de mi abuela, Carlitos.
Cuando nací, él ya estaba en mi vida.
Me acompañó mi niñez y mi adolescencia.
Murió cuando yo tenía quince años.
Lo lloré como a nadie.
Mi padre me llevó al cementerio días después de su entierro.
Mi padre vio que no tenía consuelo.
Le escribí una carta, se la dejé en su tumba y lloré por última vez.
Necesitaba escribirle algo, 

algo que se llevara con él,
algo de mí que lo acompañara.
Nunca más volví al cementerio.

Volvíamos pero del lado de afuera del campo santo,
mi padre y yo,
contra el paredon de la tumba, en la calle.
Estacionaba en silencio.
Mi viejo a recordar a su madre y yo a mi abuelo que no era mi abuelo.
Mi viejo siempre hizo eso.

Se quedaba ahí,
solo, 
acompañándola a Constanza, llevo su mismo nombre.
Luego me sumé a su ritual, un tiempo.
Lo entendí a mi papá.
Entendí el silencio.
Entendí el dolor de mi viejo.
Entendí la muerte.
Tenía quince cuando mi abuelo que no era mi abuelo se fue.
Pasaron treinta.
Lo recuerdo siempre.

Me pone sonrisas en el corazón.
Mis hijos lo conocen por mis cuentos, 

así como yo conozco a Constanza por los cuentos de mi padre.
La mamá de mi papá, mi abuela Constanza, falleció hace 74 años, 74 años…
Mi viejo la recuerda vívidamente y yo la conozco sin conocerla por él y la quiero a través de él.
Entiendo el recuerdo de mi viejo.
Entiendo, es el mismo que me quedó a mí de mi abuelo que no era mi abuelo.
Setenta y cuatro años, treinta años.
Cuanto amor le dejaron a lo seres que los rodearon.
Mi abuelo que no era mi abuelo, se llamaba Carlitos.
Yo no le decía abuelo, le decía Carlitos.
Lo amé más que a un abuelo.
Me amó más que a una nieta.
Carlitos, no tenías por que amarme, 

lo hiciste con toda tu alma y más y,
desde el alma te amé con toda mi alma.
Carlitos, cuanto te extraño!


María Constanza Cantúa ®
Amazing Grace por Aretha Frankling en funeral de Luther Vandross