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martes, 26 de abril de 2011

Luz por el Costado, Faro

Luz por el costado, Faro  Por María Constanza Cantúa 26 de abril 2011

Sigo con fotos.
La punta
La península
Accidente geográfico que me arroba,
un pedacito de continente caprichosamente libertino de la matriz
un apéndice que pertenece pero que no quiere pertenecer.
Promontorio de rocas y arena elevado apenas unos metros del mar.
Y allí,
en el Cenit,
en el lugar del observador,
está el Faro de Punta del Este.
Hay más bellos.
Hay más altos.
Hay más colosales
pero éste despide luz por el costado,
en el lapso que me gusta,
ese de duendes crepusculares.
El sol retoza con el Faro.
Tengo la suerte del espectador con cámara.
Quisiera que ambos jugaran conmigo pero la cosa es entre ellos.
Persigo al sol, se esconde, se esconde detrás del Atalaya.
El foco grande, impertérrito, fijo, clavado y acuñado como Rhodas.
La luz.
La luz de la mitad, por el costado.
Siete haces de luces.
Siete mágicos para un lado
Siete mágicos ocultos detrás de la casa de Luz.
Luminescencia en las horas de las hadas en la mitad de la alzada,
quietud en el Cabo de la Baliza.
El sol aun divertido no se quiere ir,
los hilos transparentes de la espesa noche lo tironean en el horizonte para que enfríe su calor.
Quiere burlarse del tropel del Ocaso,
arraigarse y abrazar al Faro soberbiamente y,
mostrar a la foto siete haces,
siete mágicos.
Siete veces siete tengo que mirar para ver que son siete y están por el costado del cuerpo del Cíclope,
a mitad de camino,
a mitad de recorrido de Luz eterna del navegante, ahí mismo.
Los dos ostentan fascinación, electricidad, sugestión hiperestésica de Narciso.
Mi dedo sin orden cerebral solo espolea y espolea, dispara y dispara fotos.
Sólo queda el Atalaya.
Sólo queda el Atalaya apagado, pronto a rumbear su giro infinito.
Es el crepúsculo,
tiempo de elfos e imaginación frondosa.
Permanece la sombra y opacidad de siete haces, siete mágicos y en su magia y latido le dan vida a una simple foto de una bella“Entre Luces” tarde de otoño en el Faro del Este.
Faro en mí ya afincado,
haciendo guiñadas perennes de Luz en el ápice y en la mitad,
por la mitad del recorrido,
justo antes de ponerse a trabajar.
Ya trabaja,
ya gira,
da vueltas e ilumina al inmenso y agradecido Mar.
Antes, un poco antes me regaló,
me agasajó con su Luz por el Costado.
Námaste.

María Constanza Cantúa ®

Nick Cave , Bring it on



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